20 de julio de 2020

El libro de las ilusiones - Paul Auster

El libro de las ilusiones - Auster, Paul - 978-84-339-6812-8 ...

No recuerdo mucho Leviatán. Salvo las explosiones y la imagen de la miniatura de la estatua de la libertad. Salvo que pasaban muchas cosas pero no recuerdo salvo a un par de personajes sombríos. Esta vez, muchos de los personajes del libro de las ilusiones de Paul Auster las puedo reducir a una sola, esas vidas entrelazadas parecen reflejar una sola vida. La tragedia, la autodestruccion, la penitencia, parece un bucle sin fin y el autor en una especie de relato autobiográfico nos cuenta la historia de Hector Mann, ambientado en el Hollywood de los años veinte.



Notas:

El hombre no tiene una sola y única vida,
sino muchas, enlazadas unas con otras,
y ésa es la causa de su desgracia
CHATEAUBRIAND

*****

Un momento después me sentí lleno de dudas, y al instante siguiente empecé a dudar de aquellas dudas.

*****

Una vez leída, estaba claro que si no se molestaba uno en contestar, no dejaría de pensar en ella durante el resto de la vida.

*****

Había más cosas, desde luego, no dejaba de atormentarme pensando en otras posibilidades, y era como si nunca me cansase de explorar los mismos callejones sin salida

*****

No era capaz de pensar directamente en ellos ni de traerlos a la memoria de manera consciente,

*****

la paradoja consistía en que cuanto más se acercaba el cine a simular la realidad, menos lograba representar el mundo

*****

las comedias mudas no se habían molestado en contar historias. Eran como poemas, como interpretaciones de sueños,

*****

No me pregunté si valía la pena hacer todo aquello.

*****

Lo que importa no es la habilidad para evitar los problemas, sino la manera en que se enfrenta uno a ellos cuando se presentan.

*****

la película se convierte en una ilustración de la famosa consigna anarquista de Proudhon: toda propiedad es un robo.

*****

Cuando se lleva todas las de perder, la única manera de ganar es rompiendo las reglas. S

*****

Sigue viviendo en el mundo, pero en el mundo ya no hay sitio para él. Lo han asesinado, pero nadie tiene la cortesía ni la amabilidad de quitarle la vida

*****

Es una secuencia conmovedora, y Hector la interpreta con sencillez y contención. Ha perdido el derecho a acariciar a su propia hija, e incluso cuando le vemos titubear y finalmente retirar la mano, nos damos plenamente cuenta de la maldición que pesa sobre él

*****

Hector está buscando el modo de decirnos adiós, de despedirse del mundo, y para ello debe distanciarse de sí mismo.

*****

Mientras estuve escribiendo el libro, fui aplazando intencionadamente el momento de pensar en el futuro.

*****

Se envían copias del manuscrito a diversos especialistas en la materia de que se trate, y no se toma una decisión hasta que éstos hayan leído la propuesta y enviado sus respectivos informes. Por ese trabajo se pagan unos honorarios mínimos (unos doscientos dólares, en el mejor de los casos), y como los especialistas suelen ser profesores que se dedican a dar clase y a escribir sus propios libros, el proceso a veces se alarga demasiado.

*****

Mémoires d'outre-tombe, de Chateaubriand.

*****

Futuros literarios, podríamos llamar a eso, la misma operación que hacen en Wall Street especulando con el precio de la soja y los cereales.

*****

La cuna tiene algo de la tumba; la tumba, algo de la cuna; los sufrimientos se convierten en placeres, los placeres en dolores

*****

un rayo escapado de los Campos Elíseos arrojará una luz protectora sobre estas últimas imágenes mías.

*****

pedestre

*****

al cabo de un rato dejé vagar la imaginación y acabé sumiéndome en una de esas largas e inútiles meditaciones que únicamente parecen producirse cuando uno va solo en un coche.

*****

Lo imprevisto sucede donde menos lo esperas, como se suele decir, pero una vez que ocurre, lo último que esperas es que vuelva a suceder.

*****

El mundo estaba lleno de pequeñas cavidades, aberturas sin sentido, vacíos microscópicos que la mente podía cruzar, y una vez que se estaba al otro lado de esos huecos, uno se liberaba de sí mismo, se liberaba de la vida, se liberaba de la muerte, se liberaba de todo lo que le pertenecía

*****

como algo que pertenecía a un ámbito de cuartos estrechos y pensamientos nocturnos y no debía sacarse a la luz del día

*****

No había nada que ver, nada que me distrajera, que me impidiera sucumbir a mis miedos, y cuanto más tiempo pasaba con los ojos cerrados, más horriblemente veía lo que mis miedos deseaban que viese.

*****

como no lo acusaba ni le hacía reproche alguno ni le pedía que cambiara de vida, el cariño que Hector sentía por ella no hacía sino aumentar.

*****

El sentimiento de culpa puede hacer que alguien obre en contra de sus intereses, pero el deseo también puede conducir a lo mismo, y cuando la culpa y el deseo se mezclan a partes iguales en el corazón de un hombre, puede que ese hombre empiece a comportarse de manera extraña.

*****

nunca tan solo y tan inquieto; pero nunca tan vivo.

*****

Si pretendo salvar mi vida, tengo que estar a un paso de destruirla.

*****

carcamales

*****

Era feliz. Probablemente más que en cualquier otra época de su vida, pero esa felicidad llevaba aparejada una total falta de ambición.

*****

Si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye, ¿ha hecho ruido o no?

*****

Hector la utilizó mucho en una serie de películas suyas. Una de ellas, Historia de la luz, no tiene una palabra de diálogo.

*****

Charlie tenía un enorme talento, es cierto, pero era de esas personas calladas, que nunca parecen estar muy a gusto consigo mismas, y la gente solía confundir aquella timidez con arrogancia.

*****

No conoces mucho a los actores, ¿verdad? Es la gente más desesperada del mundo.

*****

Las manos huesudas, cubiertas de manchas de vejez; los dedos nudosos y las venas gruesas, prominentes; piel replegada bajo el mentón; la boca entreabierta.

*****

palimpsesto

*****

Mi último suspiro, de Luis Buñuel. Como

*****

los hombres sólo empiezan a vivir plenamente cuando se ven entre la espada y la pared.

*****

Así es como pasa siempre con los cuentos. En un momento dado no hay nada. Y al instante siguiente ya lo tienes ahí, trepando en tu interior.

*****

debió de tener la impresión de que la verdadera obra no consistía en realizar películas, sino en hacer algo con objeto de destruirlo.

5 de julio de 2020

La insoportable levedad del ser - Milan Kundera






La insoportable levedad del ser (50 años Tusquets) (Spanish ...


Es la primera vez que leo a Kundera. Usando su filosofía, no podría decir algo de este libro sin leer primero toda su obra, como no podría decir que esta fue la mejor vida si no tengo la oportunidad de vivir otra similar y compararlas.
Es una novela psicológica y filosófica. Llena de monologos interiores con bastante fuerza. La definicion del amor, comparada con otros sentimientos como la compasión. La mente de Tomás por Teresa...qué acaso el amor es algo que se debe de hacer (est muss sein), que hay de la amante de Tomás, ella representa a mi parecer la levedad. Y paradójicamente es la que sobrevive a todos. Me recuerda mucho a Camus, aunque es completamente distinto.


Notas:

¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.

*****

Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada (das schwerste Gewicht)

*****

Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo.

*****

Y su subconsciente era tan cobarde que había elegido para esa comedia precisamente a una pobre camarera de una ciudad perdida, que no tenía prácticamente la menor posibilidad de entrar a formar parte de su vida!

*****

El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.

*****

Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto.

*****

Lo único que le quedó de todos ellos fue el miedo a las mujeres. Las deseaba, pero les tenía miedo.

*****

en el mismo momento en que terminaba el acto amoroso sentía un deseo insuperable de quedarse solo; despertarse en medio de la noche junto a una persona extraña le desagradaba; levantarse por la mañana junto con alguien le producía rechazo; no tenía ganas de que nadie oyese cómo se limpiaba los dientes en el cuarto de baño y la intimidad del desayuno para dos no le atraía.

*****

El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer.

*****

tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también sentir con él cualquier otro sentimiento: alegría, angustia, felicidad, dolor.

*****

revés: a través de la figura del Tristán que no piensa más que en su Teresa se vislumbra el hermoso mundo traicionado por el libertino”.

*****

La persona que desea abandonar el lugar en donde vive no es feliz.

*****

No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.

*****

sólo aquello que es necesario, tiene peso; sólo aquello que tiene peso, vale.

*****

Pero el hombre, dado que vive sólo una vida, nunca tiene la posibilidad de comprobar una hipótesis mediante un experimento y por eso nunca llega a averiguar si debía haber prestado oído a su sentimiento o no.

*****

Sería estúpido que el autor tratase de convencer al lector de que sus personajes están realmente vivos

*****

Pero aquel que no piensa en el cuerpo se convierte más fácilmente en su víctima.

*****

Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla.

*****

Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, c

*****

Lo que diferencia a la persona que ha cursado estudios de un autodidacta no es el nivel de conocimientos, sino cierto grado de vitalidad y confianza en sí mismo.

*****

tu cuerpo es como los demás cuerpos; no tienes derecho alguno a la vergüenza;

*****

El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados.

*****

Aquel que se cae está diciendo: “¡Levántame!”

*****

El que está en el extranjero vive en un espacio vacío en lo alto, encima de la tierra, sin la red protectora que le otorga su propio país, donde tiene a su familia, sus compañeros, sus amigos y puede hacerse entender fácilmente en el idioma que habla desde la infancia.

*****

Pero es precisamente el débil quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil.

*****

Claro que hubiera preferido dormir solo, pero la cama compartida seguía siendo el símbolo del matrimonio y los símbolos, como sabemos, son intocables.

*****

Aquello que no ha sido elegido por nosotros no podemos considerarlo ni como un mérito ni como un fracaso.

*****

La música, la negación de las frases, la música, la antipalabra! An

*****

quien busque el infinito, que cierre los ojos!)

*****

Desde entonces sabía que se iba a pasar la vida dentro de un gabinete universitario, de las bibliotecas públicas y de dos o tres aulas; aquella idea le producía una sensación de asfixia. Tenía ganas de salirse de su vida, tal como se sale de una casa a la calle.

*****

La belleza como error es la última fase de la historia de la belleza.

*****

Desde entonces sabía que la belleza es un mundo traicionado. Sólo podemos encontrarla cuando sus perseguidores la han dejado olvidada por error en algún sitio.

*****

No es que le falte sensualidad, pero le falta fuerza para mandar. Hay cosas que sólo pueden hacerse con violencia. El amor físico es impensable sin violencia.

*****

Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira.

*****

El amor, cuando se hace público, aumenta de peso, se convierte en una carga.

*****

era más feliz con la Sabina que se había convertido en una diosa invisible que con la Sabina con la que recorría el mundo y por cuyo amor temía constantemente

*****

Había abandonado a un hombre porque quería abandonarlo. ¿La persiguió él? ¿Se vengó? No. Su drama no era el drama del peso, sino el de la levedad

*****

El joven que persigue la gloria no sabe qué es la gloria. Aquello que otorga sentido a nuestra actuación es siempre algo totalmente desconocido para nosotros.

*****

Y es que las preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias.

*****

lo que excitaba el alma era precisamente que el cuerpo actuara en contra de su voluntad, que la traicionara y que ella estuviera presenciando aquella traición.

*****

Cómo es posible que alguien que estime tan poco a la gente, dependa tanto de su opinión?

*****

Comprendió que la gente, al ver a alguien moralmente humillado, se alegraba demasiado como para permitir que sus explicaciones le privaran de su placer.

*****

llevó a Tomás a tratar de conocer lo que había al otro lado, más allá del “es muss sein!”; dicho de otro modo: lo que queda de la vida cuando uno se deshace de lo que hasta entonces consideraba como su misión.

*****

el amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética

*****

Los personajes de mi novela son mis propias posibilidades que no se realizaron.

*****

Lo que sólo ocurre una vez es como si no hubiera ocurrido.

*****

Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador.

*****

Se sentó junto a ella, él le dijo algo y ella también le habló.
Irradiaba serenidad. Los gestos de su mano eran lentos y acompasados. Toda la vida había anhelado aquellos gestos serenos. Era precisamente aquella serenidad femenina la que había echado en falta toda la vida.

*****

El banquete de Platón: los humanos eran antes hermafroditas y Dios los dividió en dos mitades que desde entonces vagan por el mundo y se buscan. El amor es el deseo de encontrar a la mitad perdida de nosotros mismos.

*****

Dios les dio a los hombres la libertad y por eso podemos suponer que al fin y al cabo no es responsable de los crímenes humanos.
Pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre.

*****

hay también una cuarta categoría, la más preciada, la de quienes viven bajo la mirada imaginaria de personas ausentes. Son los soñadores. Por ejemplo Franz. El único motivo de su viaje hasta la frontera de Camboya fue Sabina. El autobús traquetea por la carretera tailandesa y él siente que su larga mirada se fija en él.

*****

Lo que había dicho era triste y, a pesar de eso, sin darse cuenta, estaban felices. No estaban felices a pesar de la tristeza, sino gracias a la tristeza.

*****

Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque de seamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.

*****

El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir.

19 de junio de 2020

El Gallo de Oro (Juan Rulfo)


El gallo de oro: resumen, editorial, y todo lo que necesita saber 

Esta historia no atrapa tanto por la historia en sí que más bien parece una fábula tratada por un gran fabulador como fue Rulfo. Atrapa más bien por los dialogos, al igual que Puig, Rulfo habla como hablan sus personajes. Parece un gran poema largo...la imagen del gallo enterrado con la cabeza fuera de la tierra. Desenterrando a su madre para darle un sepulcro digno, son como toda la narrativa de Rulfo , visual y sonora...sonora como un poema que se casi se canta. Es difícil compararla con Pedro Páramo pero a su vez no hace falta hacer comparaciones sino similitudes...seres que hablan en las llanuras a pesar de estar rodeados de "gentes"...caminando en la fina linea entre la muerte y la vida, como el  México que nos dibuja el imaginario de Rulfo.


No he visto la película que parece otro cantar (hablando de gallos). Según leí el guión de la adaptación fue nada menos que de Garcia Marquez y Carlos fuentes. 



He visto guiones de Borges "Invasión" simplemente por tratarse de Borges, pero no he salí muy entusiasmado.Aunque debo confesar que la vi sin mucho entusiasmo.



Anotaciones del libro: 


acabando por aceptar casarse con el Pinzon, pues supone que la ambicion de este y la aficion de ella por andar en las ferias le reportara cierto apoyo.

*****

Al terminar la fiesta sacando su gallo vencedor, seen-cuentra a un tal Colmenero

*****

Ella vestia ahora de negro, con un collar de perlas que reful-gia aun en la sombra,

*****

Nunca dejaba un rincon de San Miguel del Milagro sin su clamor,

*****

amenizando los ratos de descanso del pregonero con las desafinadas notas del Zopilote Mojado.

*****

Zacatecas, todos por-tando gallos tan finos que daba pena verlos morir.

*****

Y ya estaba dispuesto a torcerle el pescuezo, cuando Dio-nisio Pinzon se atrevio a contenerlo:

*****

Al llegar a su casa hizo un agujero debajo del tejavan y, auxiliado por su madre, enterro alli al gallo, dejandole solo la cabeza de fuera.

*****

Le metia migajas de tortilla y hojas de alfalfa dentro del pico, esforzandose por hacerlo comer. Pero el ani-mal no tenia hambre, ni sed; parecia tener solamente ganas de morirse,

*****

Los pocos centavos que llevaba los gasto en alimentar a su gallo,

*****

lo cierto es que cuando llego a Aguascalientes, para San Marcos, todavia traia su gallo vivo y el vestia de otro modo: de luto, como siguio vistiendo toda su vida hasta el dfa de su muerte.

*****

Torno tierra del suelo y la restrego en la cresta de su animal para contener la hemorragia

*****

Cuquio era un Iugar pequefio, pero plagado de tahures, fulleros, galleros y gente que se vivia ahorrando su dinerito todo el afio para irlo a tirar a las patas de un animal o a los palos de una baraja sefialad

*****

El era el que me queria. Pero trataba de amarrarme. De encerrarme en su casa. Nadie puede hacerme eso a mi ... Sim-plemente no puedo. ~ P a r a que? ~ P a r a pudrirme en vida?

*****

-Lo que ustedes necesitan es sosegarse ... Ponerse tran-quilos. Pues arbol que no enraiza no crece ... En cuanto a casa, yo les ofrezco la mia por ahara y por siempre.

*****

aunque, como termino diciendo, contra la mala suerte no se puede.

*****

Ademas, que en la gallera solo quedaban puras "monas", gallos ya quemados y viejos, utilizados unicamente para calentar a los de combate.

*****

un estanciero del Bajio a quien acompanaba su medico, pues al parecer padecía del corazon, lo que no le impedia ser el único de los jugadores que tomaba una copa tras otra de aguardiente, combinandolas en ratos con varios frascos de medicinas que tenia a la mano, sabre la mesa. Llamaba la atencion porque siempre estaba tomando algo "para el susto" o "para el gusto", segun ganara o perdiera. El medico, por su parte, le tomaba el pulso de vez en cuando, o le auscultaba el corazon, aunque esto no le impedia participar tambien en el juego.

*****

-¿Por qué no me avisaste que estabas muerta, Bernarda?

2 de junio de 2020

Los huesos de mi padre




Libros: Memorial de Casa Grande

¿Serán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi padre?
Todos completos, con su maxilar inferior, su frontal,
sus falangetas, su astrágalo,
su vómer, sus clavículas?
No se habrán confundido
en la Fosa Común
con los de un vagabundo
de esos que abundan en las calles de Lima,
y mueren sin un grito? Cómo voy a confiar
en que sean éstos los huesos de mi querido padre,
don Octavio, Tachito,
si en la Fosa Común donde lo echaron
puede ocurrirle cualquier cosa
a los huesos de uno?
Su hermano, tío Reynaldo había jurado
encontrar a mi padre, y recorrió toda esta Lima a pie
durante un año, para hallar a mi padre, el poeta,
que se había perdido en la ciudad,
como suele ocurrirles a los ancianos y a los locos.
Todos los días salía, después del desayuno,
a buscar al hermano mayor,
a aquel poeta provinciano,
talentoso, desgraciado y perdido
por los barrios de Lima. Llevaba
una vieja foto de mi padre, amarillenta,
donde aparecía con su pelo ya blanco,
sus ojillos brillantes de inteligencia, sus mejillas flácidas
labradas por años de inútiles batallas
contra lo que él llamaba su destino adverso
cuando se hallaba de un ánimo blasfemo,
dispuesto a enrostrarle a un Dios
en el que no creía,
sus continuos fracasos.
La boca grande, elocuente.
La frente alta y despejada. Con un terno marrón, creo,
a rayitas. Esa imagen debió corresponder
a una época feliz, tal vez la de Huaraz,
cuando estábamos todos juntos, mi hermana
mi madre y yo, mucho antes
del divorcio.
Reynaldo la mostraba
a la gente, los interrogaba venciendo
su enorme timidez: “¿Ha visto a este hombre?”
indesmayablemente a pie,
tío de a pie como un remoto soldado de una guerra perdida,
raso, humilde, cumplido,
indagando en los parques, en los hospitales,
en las estaciones de autobús,
en los mercados,
pues quería encontrarlo,
ésa era la misión que se había impuesto
antes que la muerte se lo lleve.
Pero la muerte se llevó primero a tío Reynaldo
de un cáncer al estómago,
sin saber que mi padre lo había precedido en el último
rumbo,
y no fue sino mucho más tarde que mi hermana
al fin encontró a mi padre
en una Fosa Común del cementerio de Miraflores
donde sus huesos misteriosamente habían venido a dar
porque nadie había reclamado su cadáver.
La muerte
que con callado pie todo lo iguala
lo había sorprendido en un asilo municipal
donde llevan a los locos que vagan por las calles de Lima
y había muerto, enloquecido y solo,
él, Octavio, Tachito, el poeta, el hermano mayor
que había nacido en cuna de oro.
Siempre pensé que moriría rodeado
como Maese Manrique
de sus hijos, hermanos y criados
reconciliado con su terco destino
y cesaría la angustia
la loca angustia que desorbitaba sus ojos
porque no quería morir como un fracasado
y su muerte le cerraría para siempre
las puertas de La Gloria.
No reposó un instante en vida
acechando a la suerte en todos los caminos,
en todos los concursos,
esperando un cambio del destino
un premio, algo definitivo
que sacase su nombre del anonimato
y le diese la paz. Ya no soñaba con el Premio Nobel,
sino con la publicación de sus poemas
que eran profundamente hermosos
y cada día más bellos
cuanto más desgraciada era su vida.
Se sentía en deuda
con nosotros sus hijos,
y los recuerdos de nuestra infancia feliz lo atormentaban
hasta hacerlo sangrar
como un patriarca loco que ha perdido
el paraíso inadvertidamente
por una mala mano en el tresillo
un mal consejo, o una debilidad de temple
inconfesable.
Entonces quería estar solo, huía
de la familia, se confundía
en Lima entre los vagabundos, le aterraba
y le atraía como un destino escrito
la mendicidad al final del camino. No aceptaba
el rol que todos querían para él:
el del abuelo sabio y respetado
que mora y aconseja en el hogar de su hija: prefirió
seguir en la batalla hasta el final,
irse a la calle
esperando un milagro.
Sus despojos
fueron a dar a la Fosa Común
hasta que el proceso
de putrefacción termine, en cosa de tres años
y sus huesos, mondos, nos fueron entregados
en una caja de zapatos, con una etiqueta
identificatoria.
Ahora reposan en el Cementerio el Ángel
en una de esas fúnebres bibliotecas de huesos
a pocos bloques de donde mi madre duerme su sueño
eterno.
La muerte, piadosamente,
ha acercado los huesos de dos seres que la vida separó,
y sus nombres han vuelto a aproximarse
en el silencio de este Camposanto
como cuando se vieron por primera vez
y se amaron.
En ocasiones
mi hermana y yo llevamos flores,
a un sepulcro y el otro,
y todavía sufrimos por su amor desgraciado,
que sin embargo dio maravillosos frutos.

Memorial de casa grande (2005)
 

30 de mayo de 2020

La Caída (1956)


La caida (Libro De Bolsillo, El): Amazon.es: Albert Camus: Libros

La caída, Albert Camus (1956) 
 
Me quedó la sensacion de que La caída se trató de un monologo del personaje pricipal, Jean Baptiste, a no ser que su interlocutor en un momento dijo ser (así parece) un abogado parisino. Esta novela, la que más me ha gustado entre las novelas de Camus, hace notar las verdaderas intenciones (si es que  las hay) de la especie humana y los aspectos más ocultos y menos explorados. Me quedo con algo que dijo Camus (o su personaje): "Ningún hombre es hipócrita en sus placeres." No hay mayor desnudez, me parece, que la que sobreviene al ester cerca de la muerte. Camus lo estuvo por la tuberculosis, acechado por la enfermedad. Es una novela de autoconfesión, a pesar de su lenguaje sencillo tiene en sus pocas noventa páginas concentrada muchas de las aristas contradictorias de la existencia humana como el amor, la amistad, el sexo y la muerte. Como toda buena novela me quedé con el sinsabor y con el hambre de más, pero de inmediato uno se da cuenta de que no hace falta. Sin necesidad de la autoconfesion o "autoficción", una pequeña caminata por las calles de Amsterdam saca a relucir aquello que universalmente todos llevamos y poco vemos. Llena de símbolos sin llegar a la extenuante autoconfesión, Camus da una muestra de su percepción con el ser, y de su inutilidad.


Notas:

Aliquam adipiscing libero vitae leo
Mauris aliquet mattis metus

*****

París es un verdadero espejismo.

*****

Y también muy cuerda, pues en todo somos siempre más o menos.

*****


Cuando uno no tiene carácter debe someterse a un método.

*****

en mi aldea, en el curso de una acción de represalia, un oficial alemán pidió cortésmente a una anciana mujer que tuviera a bien elegir de entre sus dos hijos al que habría de ser fusilado?

*****

de mercaderes, que cuentan sus escudos, así como sus posibilidades de vida eterna,

*****

Cuantas más perfecciones mostraba su mujer, más rabiaba él. Por fin su culpa llegó a hacérsele insoportable.

*****

Un gran cristiano amigo mío reconocía que el primer sentimiento que uno experimenta cuando ve que un mendigo se acerca a su casa es desagradable.

*****

Hasta en los detalles de la vida tenía necesidad de hallarme "por encima".

*****

Ésa fue mi vida. Nunca tuve necesidad de aprender a vivir.
*****

Por eso, viviendo feliz, me sentía en cierto modo autorizado a gozar de esa felicidad en virtud de algún decreto superior.

*****

Pero no, si los amigos telefonean, tenga usted la seguridad de ello, lo hacen la noche en que usted no está solo y en que la vida le parece hermosa.

*****

me hablaron de un hombre cuyo amigo estaba preso, y él se acostaba todas las noches en el suelo para no gozar de una comodidad de que habían privado a aquel a quien él quería

*****

la amistad es distraída o, por lo menos, impotente

*****

sabe usted por qué somos siempre más justos y más generosos con los muertos? La razón es sencilla. Con ellos no tenemos obligación alguna

*****

El hombre es así, querido señor. Tiene dos fases: no puede amar sin amarse.


*****

Ésa es su pequeña trascendencia, es su aperitivo.

*****

Lo que ocurría es que se aburría; eso era todo. Se aburría como la mayor parte de la gente. Entonces se había creado, a toda costa, una vida de complicaciones y de dramas.

*****

Hasta en aquellos terrenos en que me resultaba fácil verificar mi inferioridad, como en el tenis, por ejemplo, juego en el que yo no era sino un contendiente mediocre, me era difícil no creer que, si tuviera tiempo de entrenarme, estaría entre los campeones.

*****

hay gentes cuya religión consiste en perdonar todas las ofensas, ofensas que, en efecto, perdonan, pero nunca olvidan.

*****

Vivía, pues, despreocupado y sin otra continuidad que aquella del "yo, yo, yo".

*****

Con algunas variaciones, hacía pasar centenares de veces este film por mi imaginación.

*****

En lugar de eso yo ardía por desquitarme, ardía por golpear y vencer, como si mi verdadero deseo no fuera ser la criatura más inteligente o la más generosa de la tierra, sino tan sólo apalear a quien se me antojara,

*****

Bien, dirá usted que continúo jactándome. No lo negaré y desde luego que me enorgullezco menos de mi jactancia que de aquello de que me jacto, puesto que era verdadero.

*****

Entonces yo había ganado y doblemente, pues, además, del deseo que yo sentía por ellas, satisfacía al amor que me tenía a mí mismo al verificar cada vez mis brillantes facultades.

*****

Créame, para ciertos seres, por lo menos, tomar lo que no desean es la cosa más difícil del mundo.

*****

Si hay un dominio en que la modestia debería ser la regla, ¿no es el de la sexualidad, con todo lo que ella tiene de imprevisible?

*****

El acto de amor es en verdad una confesión. En él grita ostensiblemente el egoísmo, se manifiesta la vanidad, o bien se revela allí una generosidad verdadera.

*****

Ningún hombre es hipócrita en sus placeres.

*****

me decía entonces que la solución ideal habría sido la muerte de la persona que me interesaba. Esa muerte habría fijado definitivamente los lazos que nos unían, por una parte, y por otra, habría quitado a esa mujer el carácter de obligación

*****

conservaba todos los afectos alrededor de mí para servirme de ellos cuando quisiera.

*****

Cuando pienso en ese período de mi vida en el que exigía tanto sin dar nada yo mismo

*****

Ya no tengo amigos; sólo tengo cómplices

*****

Que cómo sé que no tengo amigos? Pues es muy sencillo: lo descubrí el día en que pensé en matarme para jugarles una mala pasada, para castigarlos en cierto modo. Pero ¿castigar a quién? Al unos se habrían sorprendido, pero nadie se sentiría castigado. Entonces comprendí que no tenía amigos.

*****

Cree uno morir para castigar a su mujer, cuando en realidad lo que hace es devolverle la libertad.

*****

Los mártires, querido amigo, tienen que elegir entre ser olvidados, ser ridiculizados, o bien utilizados. En cuanto a que se los comprenda, eso nunca.

*****

No nos perdonan nuestra felicidad y nuestros éxitos, si no consentimos generosamente en compartirlos.

*****

todos procuran ser ricos. ¿Por qué? ¿Se lo preguntó usted? Por el poder que la riqueza tiene, desde luego. Pero, sobre todo, porque la riqueza nos sustrae al juicio inmediato, nos separa de las multitudes del subterráneo para meternos en una carrocería niquelada.

*****

Comprendí entonces, a fuerza de hurgar en mi memoria, que la modestia me ayudaba a brillar; la humanidad, a vencer, y la virtud, a oprimir.

*****

la razón de mi desinterés era aún más discreta: deseaba que se olvidaran de mí (cumpleaños) con el objeto de poder lamentarme ante mí mismo.

*****

a veces yo simulaba tomar la vida en serio. Pero bien pronto se me manifestaba la frivolidad de la seriedad misma, y entonces continuaba solamente desempeñando mi papel lo mejor que podía.

*****

Quería introducir el desorden en el juego y, sobre todo, sí, sobre todo, destruir esa halagadora reputación,

*****

En el libertinaje uno no posee sino su propia persona.

*****

Uno juega a ser inmortal y, al cabo de algunas semanas, no sabe siquiera si podrá arrastrarse hasta el día siguiente.

*****

Dios no es necesario para crear la culpa ni para castigar.

*****

La verdad, lo mismo que la luz, encandila. La mentira, en cambio, es un hermoso crepúsculo que nos hace valorar todos los objetos.

*****

bajo el cielo de la muerte, como nacen los imperios y las iglesias.

*****

en otra época hablé bastante para no decir nada.

*****

Ah, querido amigo, para quien está solo, sin Dios y sin amo, el peso de los días es terrible

*****

ya ve usted que lo esencial es dejar de ser libre y obedecer [...] a quien es más pillo que uno

*****

después de haber saludado solemnemente a la libertad, decidí, en secreto, que había que endosársela sin dilación a cualquier otro.

*****

La mayor parte de los hombres es más sentimental que inteligente.

*****

¡Ahora es ya demasiado tarde, siempre será demasiado tarde! ¡Felizmente!

Donde las mujeres (1996)


Donde las mujeres - Pombo y García de los Ríos, Álvaro - 978-84 ... 


Alvaro Pombo - Donde las mujeres (Narrativas hispanicas) - Editorial Anagrama (1996)

Una chica descubre que su padre no es su padre, pero es es al final. Lo descubre tarde y la imagen que tenía de su familia se desdibuja en sus propias manos. Se entera que es producto del amor libre de su madre y un arquitecto madrileño en la época antes de la guerra. San Román, una península española es el escenario y cueva de rumores.

Alvaro Pombo, tiene gran dominio de la psicología y conclusiones...descripción acertada y universalmente humanas.

Estando en las entrañas del razonamiento del personaje principal. Aleatorio, pero dentro de un orden de las cosas...se puede ver  el vacío de las palabras retratadas de la adolescencia del personaje, a saber que uno no es autor pleno de sus pensamientos.

Es una novela de la verdad, de la decepción. De la importancia de los actos más superfluos. De las mentiras, del abandono, del abandono en cuerpo presente. Del dolor, de la sangre, de la pertenencia y la curiosidad, podría volver a decir, de la decepcion, pero una decepcion avinagrada, no solemne. Semejante al asco sin explicación ni razón.

Me atrevo a decir que durante la juventud, la culpa que pulula es solo impotencia. Es la molestia de saber que no se sabe, y en el caso del personaje principal, lo que se ignora es esa identidad desfigurada un día, por su propia familia.



*****

Tía Lucía siempre enfatizaba —y mi madre asentía discretamente a esto— que no estaba tía Nines loca, sino tan cuerda como cualquiera de nosotros. Y la prueba estaba en que, cuando la encontraron sin vida una mañana, tenía abiertos y elocuentes sus dos ojos, tenazmente clavados en el cielo raso de su habitación con lavabo individual, con un aire de paz y confianza en lo que la esperaba en la otra vida.En esta vida, en cambio, no esperó tía Nines gran cosa.

*****


por eso se habló de ello tanto aquel invierno: porque, al hablarlo, lo triste, más que entristecer, ennoblecía, embellecía la propia situación.


*****


A pesar del encanto que tenía, su seriedad sin pretensiones.

*****

 Y es que Fräulein Hannah, no obstante llevar ya entonces veinte años viviendo en España, sentía en los huesos los fríos de su patria, las primaveras tardígradas de Renania y de Prusia.

*****

Durante todo el día hasta la noche anduve dando vueltas inflando como un globo la menos importante de todas las cosas que habían ocurrido,

*****

Luego empezó a vivir aquí, y vio abrirse, como un bostezo inmenso, un porvenir sin porvenir, sin entretenimientos, estéril, como él dice.

*****


pero mi madre sólo, o casi sólo, decía: «Tengo yo la culpa de todo eso.» Con lo cual dejaba el asunto a la vez zanjado y concluido, pero cada vez más y más inacabado.

*****

Centelleó el «papá» aquel con la tosquedad alocada de un pichón que se cuela en casa y se golpea contra las paredes y los cristales y las puertas aterrorizado, aterrorizándonos.

*****

Era la tristeza que provenía, creo yo, de la sintaxis, de la prosodia, y de la sintaxis indeliberadas, como si no fuese tía Lucía quien hablaba al estar oyendo yo su voz, sino otra voz, la voz de aquella isla y aquel atardecer o atardeceres y de mi primera adolescencia.

*****

Ahí se tuvo que parar, en el porche, porque el cortinón de lluvia que caía no dejaba ver ni el seto. Era una lluvia compacta, verdosa, marrón clara. Una lámina de agua casi vertical.

*****

Así es la juventud esa que dicen, la primavera de la vida: inseguridad, mal humor, y el peso de la culpa.

*****

Al final quizá de nuestras vidas. Consistía en saber hasta qué punto creía Violeta, y creía yo, que valía la pena transformar nuestro espontáneo cariño infantil en un afecto duradero.

*****

Hablar es la manera más segura de desfigurar todas las cosas.

*****

Mientras se está solo, pintando o dibujando las cosas, se es sinceramente uno mismo,

*****

¿Cómo podía yo sentir que fingía, y al mismo tiempo estar segura de que no quería decir nada distinto?

*****

el matrimonio, según esto, era un desatino, porque pretendía combinar lo incombinable, mis dos mundos: el ajeno y exterior con el propio y secreto.

*****

Me dio por no comer. Tener hambre y no comer me hacía sentir fuerte, pero también ridícula.
*****

Nunca había experimentado esa emoción de ver cómo te van convirtiendo en personaje los demás.

*****



Tenía gana de tomarlo a broma, pero pensé que si bromeaba perdería la oportunidad de saber de verdad lo que Violeta sentía a los dieciocho,

*****

Tom era la primera persona que invariablemente me tomaba a mí y a mis cosas por tema de conversación, al atardecer, en la otoñada lluviosa, oyendo cerca el mar.

*****

Me desagradaban esos celos que, sin embargo, en el fondo, me regocijaban, porque pronunciaban con todas sus letras lo que Tom y yo nunca nos decíamos.

*****

Su belleza, su descaro, aquel desparpajo, no sé cómo llamarlo... su desenvoltura. Eso hizo que yo mismo me desenvolviera con más facilidad.

*****

A esa felicidad que sentía escribiendo y leyendo no quería llamarla yo felicidad, porque estaba al alcance de mi mano. La felicidad no podía ser lo que se tiene ya, sino algo que está al final de un recorrido —suponía yo— y que todavía no se tiene

*****

cualquier clase de felicidad lograda a mi edad —cavilaba yo—equivaldría a legitimar la imperfección.

*****

La familia es una relación que también vale en la medida en que desaparece.

*****

La discusión con Violeta había surgido a consecuencia de la incapacidad que todas por igual las mujeres —según él— sufríamos de saber qué es qué y lo que pasa por el mundo.

*****

Has de saber que la paternidad, a diferencia de la maternidad, es aleatoria.

*****

Porque —sin duda—, con mi padre en casa, la familia perdería intimidad, me mirarían como la gente se mira entre sí.

*****

Preferiría, yo le digo, que me adoraras menos y me amaras más como un cualquiera.

*****



Que aún viviera en Madrid, que quizá hubiese pensado en mí alguna vez o quizá con frecuencia, cobraba de pronto una relevancia hormigueante

*****

Como comprenderás, en ese mundo los hijos eran totalmente accidentales

*****

Me quedé en Madrid. Al salir eché a andar hacia la calle Princesa.
Poco antes de llegar decidí quedarme en el hotel ante cuya puerta acababa de pasar. Una habitación interior. Ahí pasé muchos días seguidos, casi todo el mes.

*****

Chica, te suicidarás, pero nunca parecerás una suicida.

*****

No podía meterme ahí, Llegué hasta la puerta y me volví a la estación.
Pero no podía quedarme en la estación, no podía quedarme en San Román dando vueltas con un maletín. Tenía que volver, era la hora de comer.
Cuando llegué a casa eran las tres de la tarde. No llovía apenas ya.

*****

Tú puedes acostumbrarte, y acostumbrar a los demás, a que te quieran, a quererlos, sin dejarte llevar y sin perderte. Sin malgastarte, sin malgastarles, no lo sé...

*****

Quizá era más exacto decir que me estaba reanimando comprobar, al tenerlas delante en persona, que la realidad es un examinador muchísimo menos riguroso que la angustia.

*****

la amargura me impedía darme a mí misma toda la razón.