20 de enero de 2019

Porque no pude detenerme ante la muerte

Porque no pude detenerme ante la muerte (Emily Dickinson)

Porque no pude detenerme ante la muerte,
amablemente ella se detuvo ante mí;
el carruaje solo nos contenía a nosotros
y la inmortalidad.
Condujimos lentamente, ella no sabe de apuros;
y por su cortesía, tuve que abandonar mis labores e incluso mis ratos de ocio.
Pasamos por la escuela donde los niños jugaban
Sus lecciones apenas terminadas;
pasamos ante los campos de pastoreo
y ante el sol que se ponía,
Nos detuvimos ante una casa que parecía
una hinchazón de la tierra;
su techo, apenas visible,
su cornisa, solo un montículo.
Desde entonces han pasado siglos;
pero cada uno parece más corto
que el día en que auguré por vez primera
que las cabezas de los caballos
apuntaban hacia la eternidad.


Because I could not stop for Death (Emily Dickinson)

Because I could not stop for Death,
He kindly stopped for me;
The carriage held but just ourselves
And Immortality.

We slowly drove, he knew no haste,
And I had put away
My labour, and my leisure too,
For his civility.

We passed the school where children played,
Their lessons scarcely done;
We passed the fields of gazing grain,
We passed the setting sun.

We paused before a house that seemed
A swelling of the ground;
The roof was scarcely visible,
The cornice but a mound.

Since then ’tis centuries; but each
Feels shorter than the day
I first surmised the horses’ heads
Were toward eternity.

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